Durante toda la existencia moma se nos ha calificado
de innumerables maneras (buenrollistas, partepiernas, teatreros, cojos,
mayoneseros,…); pero si de algo se les puede acusar verdaderamente a los momos
es de ser muy momos. Ayer vivimos un episodio más de los que agrandarán sin
duda el calificativo de “momo”, sólo al
alcance de los más valientes.
Nos ponemos en situación: último
partido de la temporada regular de liga. Los Momos, que luchaban por no ser
colistas de tercera (¡la cream de la cream del fútbol sala, oiga!),
experimentaron una de las remontadas más históricas del distrito sur al pasarse
por la piedra (inesperadamente) a varios equipos (al estilo Rayo Vallecano).
Tan gloriosa fue, que a esa última jornada llegamos con opciones remotas de
clasificarse para la liguilla de ascenso a segunda. Los resultados empezaban a
darse. Chicuelo perdía extrañamente contra Cukimonis, lo que hacía que el
#ascensomomo dependiese exclusivamente del partido momil, que los enfrentaba
casualmente al Manabo de Kiev, rival directo que no se jugaba nada y al que
derrotaron 3-5 cuando todavía no ganábamos ni haciendo trampas al equipo juvenil
B de la ONCE.
Durante algunas horas, la ilusión se hizo palpable en el
ambiente. Nos sentíamos capaces de todo, con ganas de escribir por una vez una
página dorada en nuestro blog. Abrimos nuestra mejor mayonesa, mojamos los
mejores picos,… pero por reservar la mayonesa buena tanto tiempo esperando una
ocasión histórica, se caducó, comiéndonos un momojón al perder 8-4 el partido.
Jugadores, técnicos, aficionados momos del universo,… nadie se lo podía creer.
Pero tras varias noches sin dormir, entendimos que la vida sigue.
Y
vaya si sigue… Buscando nuevas esperanzas, nos apuntamos a la copa PESte/Paquetes/Descartes
(“juego luego existo”) o como la queramos llamar. Una amalgama de equipos
perdedores de la 3ª del distrito sur que lucharán entre ellos para saber quién
es el peor de los peores. El destino caprichoso y juguetón emparejaba a los
Momos contra el Manabo de Kiev en la primera jornada, es decir, el primer
partido momo tras la debacle sería contra el mismo rival con el que perdimos.
6
valientes momos 6! se apuntaron al encuentro. Cinco fuimos los que empezamos
(Fran piensa que por llegar tarde tendrá un papel de revulsivo). Sin prisas, el
partido se iba desarrollando con un claro dominio del Manabo, que aunque no
creaba peligro real, sí tenía la posesión y lo intentaba. Sin embargo, en la
primera acción no-defensiva de los Momos, también la primera jugada combinativa
del equipo momil, Santi dejaba solo a Manu para que éste definiese de forma
impropia (por bien ejecutada) ante el portero rival. Con el marcador a favor,
los Momos siguieron cocinando a su gusto el partido, mientras que Manabo no
conseguía abrir el tarro de mayonesa moma. Entre tanta inspiración, y tras
realizar una de las jugadas más imaginativas que se recuerdan en los Momos y en
la historia del fútbol sala en general (el saque de banda + mano + cachitas),
Fran hacía el segundo con un gran lanzamiento de falta directa. El partido no
fue guarro, pero sí que hubo bastante contacto (y heridas). Los Momos
aguantaban y se sentían cómodos defendiendo, esperando a que la defensa rival
hiciera aguas para poder bebérnosla nosotros. Así fue como poco a poco se fue
preparando el festín. Antes del descanso, Adolfo hacía el tercero tras una
buena jugada colectiva que el equipo rival pasó de defender.
Para
la segunda parte, nada había cambiado. El equipo salsero seguía lanzado, aunque
sin descuidar su ventaja. Tal es así que en un córner del Manabo, nuestro
querido portero Raúl (gran actuación la suya) cogía la pelota y salía disparado
hacia la portería rival como si la mayonesa Ybarra estuviese de oferta y sólo
quedase un bote. Con criterio, pasó a Nacho, que también impropiamente por bien
ejecutado, puso el 4-0 en el marcador con el conocido “Tiro estilo Nacho”
(marca registrada). A la jugada siguiente, tras el saque de centro, se ve que
Nacho seguía recreándose con su gol porque se le olvidó seguir su marca y nos
metieron el 4-1. Pero no os preocupéis hamijos, porque ese gol no estropearía
la tarde moma. Y es que en otra escapada de Raúl, éste asistía a Fran para que
hiciese el quinto con un tiro raro medio en vaselina de los que él suele hacer
y a los que se les presuponen calidad. El partido estaba ya en su recta final y
ante el claro dominio naranja, la impotencia se apoderó del Manabo y se crearon
situaciones algo más bruscas pero sin llegar a mayores. Aún así, todavía quedó
tiempo para que en otra jugada combinativa de los Momos, Manu hiciera el sexto
para el equipo salsero.
Mención
especial para la gran actuación de Txavi, que encontró hasta tres veces el
balón que embarcamos en los matorrales de al lado (a pesar de que el balón es
de color naranja y eso le da ventaja). Sin él, nada habría sido posible.
En
fin, nueva victoria moma por 6-1 en un completo partido de todos los Momos, que
hicieron las delicias mayoneseras de su afición (Recuento de Espectadores: 2 +
Txavi, el aficionado/jugador). Así somos de momos: cuando les tenemos que ganar
para conseguir algo, no lo hacemos, pero si no hay nada en juego…
Para el postre, se reservó lo mejor.
Manabo tiene sancionado a su portero titular por meterse en líos. Sin duda, una
baja de GRAN PESO para ellos. Sin embargo, se animó a asistir al partido.
Cuando se marchaba del recinto, justo por la calle por la que minutos antes
había pasado el autobús con los jugadores de un ya descendido Betis, el portero
sugirió a Raúl (que el partido le había sabido a poco y estaba parando algunos
tiritos extras), “que se llevara esta” mientras se alejaba tan grácil como
valientemente con su sevibici. Se desconoce a qué se refería, aunque
sospechamos que se refería a algún familiar femenino suyo. El caso es que
cuando Raúl se dio cuenta, no dudó en dedicarle unas bonitas palabras de amor y
amistad sincera. El resultado fue el descojone conjunto de los dos equipos (of
course!), aunque esta vez sólo los Momos tuvimos algo que celebrar.
